Hubo acuerdo amplio en que la economía española está en el valle del ciclo, desde donde debe empezar a mejorar.  Sin embargo, existe la posibilidad de que se estabilice, y que esa estabilización dure cinco o seis años, es el riesgo que están dispuestos a asumir, a cambio de obtener rentabilidades anuales después de impuestos comprendidas entre el 12 y el 20%.

 

El cambio en la economía española entienden que viene impulsado por el aumento de las exportaciones netas y el turismo, una industria que consideran no tiene techo. Las ventas al por menor serán las últimas en recuperarse.

 

Algunos apuntan que los agentes locales no entienden el mercado y que por eso están aquí los inversores más importantes del mundo, aunque quedan algunos por llegar.

 

Son conscientes de que el alto número de estos inversores presentes en España dificulta el hallazgo  y consecución de las oportunidades.

 

Hay inversores orientados hacia todos los segmentos desde oficinas al residencial pasando por los espacios para la venta al por menor y los hoteles, hay algunos dispuestos a entrar en la rehabilitación incluso en la promoción, aunque reconocen que es difícil emprender promociones especulativas, pero encuentran que los números pueden salir si se compran las carteras de préstamos al promotor impagados que tienen los bancos.

 

Reconocen la gran competencia que han acompañado las ventas de las plataformas de servicios inmobiliarios de los bancos, y ahora  se trata de montar otras dedicadas a la gestión de préstamos.

 

Estos fondos ponen de manifiesto la necesidad que tienen de ser eficientes, y la mayoría de ellos han llegado a España por considerarlo un país estresado. El cambio de percepción ha sido importante, operaciones que hace un año no merecía la pena estudiar, ahora se persiguen.

 

Respecto a la inversión en hoteles se sienten seguros en sus inversiones en los activos del centro ciudad, pero no en los de la periferia,  y respecto a la migración de usos que está experimentando  Barcelona, desplazando las oficinas del centro hacia las llamadas zonas nuevas para convertir los edificios en hoteles , no faltan los que se preguntan cuánto durará.

 

En cuanto al producto residencial de costa,  negocian con los departamentos inmobiliarios de los bancos para comprar carteras de viviendas y venderlas después en el extranjero, incluso para promover.

 

Finalmente reconocen la presión que reciben de los  flujos de capital, y dan  importancia a la compra de grandes carteras, puesto que de ellas cuelgan  negocios que tienen interés general.

 

(Nuestra asistencia al evento está teniendo lugar bajo la norma Chatham House, que nos permite transmitir la información pero sin identificar a quien la transmite)

 

Real Estate Press