Las empresas siguen recortando gastos, reduciendo tamaño y replegándose. Y esas tendencias tienen su reflejo en el mercado barcelonés de oficinas. Las corporaciones ya no buscan grandes inmuebles para ubicar sus dependencias, algo que solo hallaban en la periferia de Barcelona. Al contrario, la tendencia se ha invertido y ahora buscan mayoritariamente un espacio céntrico y reducido, según un informe de la consultora BNP Paribas Real Estate. “Los que se fueron a la periferia aprovechan el bajón del mercado, que da pie a ofertas muy agresivas, para regresar al centro”, explicó Thierry Bougeard, director general de Transacciones.
Durante los seis primeros meses del año, las empresas contrataron más metros cuadrados de oficinas para sus negocios en el centro de Barcelona que en la periferia. Eso no ocurría desde 1998. Entonces las corporaciones empezaron a abandonar la tradicional zona de negocios, en especial el paseo de Gràcia, dejando espacio para los hoteles, las tiendas y las viviendas de lujo. Lo hacían para cambiar la propiedad por el alquiler y hacer caja en un momento de boom, pero también atraídas por las bajas rentas que se ofertaban en barrios como el 22@, Diagonal Mar o la plaza de Europa de L’Hospitalet o localidades como Sant Cugat del Vallès o Cornellà.
Los alquileres se han desplomado hasta los 17,5 euros mensuales por metro cuadrado
Sin embargo, los alquileres también se han desplomado en lo que va de crisis, hasta los 17,5 euros mensuales por metro cuadrado. Solo el centro ha sufrido una depreciación, según BNP Paribas, del 50% desde 2007. “Muchas empresas se van porque son pymes y en las zonas periféricas requieren de más servicios y desplazamientos, por lo que estar en el centro puede suponer un ahorro para la empresa”, sostuvo Bougeard.
En el conjunto de la ciudad, las cosas no andan mejor. El alquiler por metro cuadrado ha descendido a una media de 10,7 euros, mientras que el parque vacío de oficinas sigue aumentando de forma progresiva hasta el 16,9% del total. Y no lo hace tanto porque se inicien o acaben nuevos proyectos —la construcción sigue bajo mínimos—, sino porque se vacían espacios que estaban siendo ocupados. Son, pues, los efectos de los cierres empresariales que todavía está dejando la crisis.
La inversión en oficinas todavía sigue en horas bajas, aunque las consultoras inmobiliarias han detectado un incremento respecto al año pasado. En el conjunto de España se han invertido 430 millones de euros, la mitad de los cuales han ido al área de Barcelona. Por ejemplo, este año se han cerrado operaciones como la adquisicón del edificio número 25 del paseo de Gràcia por parte del fondo alemán GLL Real Estate Partners; el inmueble número 5 de Ronda de Sant Pere por el fondo Deka; uno de la calle de Pallars por parte del estadounidense Autonomy, y una mediana comercial por el francés Corum.
Bougeard destacó las operaciones que desde verano viene cerrando la Generalitat con sus edificios de oficinas. “La actividad inversora se reactiva a finales de 2012 y hay movimiento de fondos que hasta entonces habían desaparecido de España”, aseguró el consultor.
Origen: El país