Los edificios de hoy en día deben estar preparados para ser eficientes, fiables, seguros y fáciles de mantener. No es suficiente un correcto diseño y una buena calidad de ejecución, es necesario además capitalizar ambas actividades con un adecuado y probado proceso de transferencia al régimen dinámico de explotación.
Desarrollado en Estados Unidos durante la 2ª Guerra Mundial para los submarinos de guerra y posteriormente incorporado a la industria de la construcción, el Commissioning se ha transformado en una disciplina fundamental de rápida amortización.
Puede definirse como un proceso planificado que tiene como objetivo verificar y documentar que las instalaciones de un edificio están proyectadas, montadas, probadas, operadas y mantenidas satisfaciendo los requerimientos de la propiedad y cumpliendo los criterios de diseño. Además de la consecución de los objetivos mencionados, otros beneficios que pueden obtenerse con su implantación son los siguientes: maximización de los rendimientos del proyecto, recepción en fecha del proyecto, minimización de problemas de primera ocupación, obtención de certificaciones de sostenibilidad y optimización de las condiciones de confort y de los consumos energéticos.
Aunque la actuación principal se centra en medir y verificar los rendimienos de las instalaciones, las fases de desarrollo del servicio de Commissioning, a lo largo del proceso constructivo del edificio, son las siguientes:
Diseño: Revisión del potencial de puesta en marcha del edificio. Programación: Programa de puesta en marcha de las instalaciones del edificio. Montaje: Inspección de montaje para facilitar las operaciones de puesta en marcha. Puesta en marcha: Validación de las operaciones de puesta en marcha prefuncionales y funcionales. Prueba de Funcionamiento: Comprobación del funcionamiento de las instalaciones, según especificaciones. Entrega y Recepción: Documentación y formación del personal de explotación. Ocupación: Auditoría de funcionamiento, transcurrido un período mínimo de ocupación.
El Commissioning no se acaba con la auditoría final, actuaciones de Continuous Commissioning deben planificarse para probar a lo largo del ciclo de vida de las instalaciones que los equipos y sistemas funcionan dentro de los márgenes de rendimiento óptimo.
Para los edificios ya existentes, existe la posibilidad de someterlos a las campañas de retrocommissioning, con retornos muy cortos y grandes oportunidades de optimización de su funcionamiento.
Origen: El inmobiliario mes a mes