La comisión de patrimonio de Madrid ha obligado a mantener la fachada y los laterales del rascacielos construido en los años cincuenta. El objetivo de Wanda se sitúa ahora “en no perder dinero respecto a lo que pagaron por el edificio”, comentan fuentes del mercado.

 

Wanda también posee un 20 por ciento de las acciones del Atlético de Madrid y está detrás de la llamada Operación Campamento, un proyecto de ocio y viviendas que podría suponer una de las mayores inversiones en la historia de la capital española, por valor de unos 3.000 millones de euros.